Falta mucho por hacer,
pero estamos trabajando duro para construir un mejor País.
Aniversario en un momento
particularmente difícil y complejo en la
vida política del país, combatiendo a un gobierno electo hace ya 13 largos y
tenebrosos años en comicios democráticos, que paradójicamente a pesar de
desconocer sistemáticamente en su quehacer cotidiano los principios de un modelo
político que consagra la separación de poderes, incumpliendo los postulados de
una propuesta constitucional que ellos mismos impulsaron y aprobaron, negando
permanentemente los valores propios de la sociedad occidental, aspira,
utilizando los mecanismos y contradicciones inherentes al sistema democrático mantenerse
indefinidamente en el poder.
Enfrentando a un modelo de estado
con rasgos neo-totalitarios, a una autocracia disfrazada de propuesta
socialista del siglo XXI, a un caudillismo de nuevo cuño, luchando contra una
propuesta ideológica-política diametralmente opuesta a los principios, valores
y concepciones que le dieron origen a Copei como partido político. Intervenido
por una decisión del Tribunal Supremo de justicia, la cual desconoció los
resultados de un proceso electoral interno de renovación de autoridades
efectuadas el 02/05/2010. Navegando en el mar de contradicciones de los
distintos segmento opositores al régimen, intentando aportar su de granito de
arena para evitar la consolidación de una propuesta alejada de su visión de
país. Apostándole a la inteligencia y a la calidad de pueblo venezolano.
Aspirando un mejor futuro para las nuevas generaciones que él que este tipo de régimen
puede ofertar. Construyendo la unidad.
Ciertamente estos 66 años no han
estado, como toda acción humana, libres de equivocaciones y fallas, se dice que el
camino hacia el infierno está plagado de buenas intenciones, que al hombre lo
ciegan su ambición, vanidad y codicia para que no pueda ver el abismo donde habrá
de caer. Los males del presente tienen
mucho que ver con los desaciertos del ayer. Entonces este momento también es
propicio para las reflexiones y constricciones respectivas, nos corresponde
aprender de esos errores para no volverlos a cometer.
66 años que pueden ser también las
crónicas de la miseria, del abandono de principios y valores, de la sustitución
de la ideología por fundamentos pragmáticos, muchos de ellos, desvinculados de
la ética, nos corresponde asumir la
realidad de la condición humana, de la acción política, en positivo nuestra capacidad de ser perfectibles, que siempre
podremos ser mejores, o negativas la de ser imperfectibles, reconocer que
siempre podremos estar peor. Asumir que
hay muchos Judas Iscariote aún entre nosotros, seres dispuestos a traicionar sus
creencias por unas pocas monedas de plata. Implica entonces separar el grano de
la paja, alejar a los mercaderes del templo, incorporar a los mejores para convertirnos nuevamente en
la referentes de la calidad en la política
venezolana. Abrir sus puertas, permitir la renovación con la energía de la
juventud y con ideas preñadas de futuro.
Es momento para encontrar en
nuestra historia la fuerza necesaria que nos permitan transitar los caminos de la paz, el amor, la
tolerancia, el bienestar y el progreso. De encontrar en nuestra historia la humildad
necesaria para hacer los aportes y sacrificios a que hubiera lugar. Para encontrar
en nuestra historia las bases que nos permita evitar que terminemos comportándonos iguales a aquellos males que decimos enfrentar.
Copei arriba a sus 66 años en
momentos que el país reclama el
concurso de los mejores, la unidad de
los buenos para enfrentar una propuesta política
que nos arrastra obstinadamente por los caminos del error continuado, del
personalismo extremo, de la intolerancia y el odio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario