Angel Cacique

Angel Cacique
Dirigente Copei Caracas
"El momento más oscuro de la noche, es siempre aquel que precede al día"

sábado, 9 de enero de 2010

Dr. Lusinchi, Chávez es como tú, a él también lo engañaron





Crónicas de Chavelandia


“En el país de los ciegos, los tuertos escapan con los reales”

A lo largo de su mandato, el presidente – comandante Hugo R. Chávez ha intentado presentarse ante el país y el mundo como el gran redentor de los humildes, el representante del bien en la tierra, siempre acosado y amenazado por las fuerzas del mal, presto a brindar ayuda en cualquier lugar donde se cometa una injusticia, redentor del universo, impoluto, incomprendido y dispuesto a sacrificarse en aras de sus sueños. Inmune a las tentaciones y a la riqueza, la vida del prócer de Sabaneta de Barinas se desenvuelve en permanentes votos de pobreza y ayunos. Su vida frugal y abnegada plagada de sacrificios, rechazando permanentemente los placeres de la carne, su divorcio de la vida mundana, su alimentación magra así lo proclaman. Trabajador incansable, dispuesto a desatar el Armagedón para borrar el mal de Venezuela y el mundo.

Pero, Lamentablemente como a usted Ex presidente Jaime Lusinchi, al excelso Presidente Chávez también lo engañaron. El Presidente – comandante plagado de las mejores intenciones repartía como padre prodigo los cuantiosos excedentes de la bonanza petrolera de los últimos diez años, más de mil millones de dólares repartidos con una generosidad nunca antes vista, no se necesitaban comprobantes ni facturas, con la palabra me basta, con la intención me basta, con verle a los ojos de frente me basta, proclamaba con su voz fuerte y con la frente en alto ante sus acólitos incrédulos y desconfiados. Simón Bolívar nació rico y murió pobre, toda su cuantiosa riqueza personal y familiar fue inmolada en aras de la independencia y la libertad. Yo el humilde heredero de bolívar no puedo ser menos.

Pero, como otros inocentes y crédulos profetas en el pasado al presidente Chávez sus discípulos lo negaron y engañaron, fueron vencidos por las fuerzas oscuras, las tentaciones de la carne, de la riqueza fácil, de la vida mundana, del vil capitalismo resultaron más fuertes que la palabra de Chávez, fueron consumidos por el hedonismo occidental y traicionaron los principios de su revolución. El dinero espléndidamente concedido fue desviado a cuentas cifradas en paraísos fiscales, las obras resultaron inconclusas, las tierras sembradas no produjeron cosechas, el ganado resulto estéril, las gallinas permutaron en gallos que increíblemente no ponían huevos y vivían peleando ente sí. Los aviones y helicópteros se caían solos, los tanques tenían defectos de fabricación, los buques y submarinos se hundían en las radas. Las ofrendas ante los dioses y santos no generaron las lluvias y las siete plagas se desataron sobre Venezuela.

Sin agua, sin luz y electricidad, con campos abandonados y ganados estériles, con empresas cerradas, con las calles salpicadas de sangre por la violencia desatada, atracos y homicidios por doquier y lo más terrible es que para mantener a sus seguidores necesito el presidente -comandante darles siempre más dinero, negocio con los mercaderes del templo y como a usted presidente Lusinchi a Chávez también los viles banqueros también lo engañaron y sus seguidores hasta el queso que había en la mesa se llevaron.

Hoy, plagado de deudas y fracasos ordena el Comandante Chávez el cierre de las industrias del hierro y el aluminio, el sueño de convertir Guayana en gran parque industrial del mundo tiene que ser cancelado. Las calles se quedan oscuras, las plazas y centro comerciales se quedan a solas a medida que las luces y la electricidad se agotan.

El presidente comandante tuvo que devaluar el bolívar, valorizar la moneda del imperio, gastar el dinero de todos los venezolanos a manos llenas para seguir siendo popular, pagarle a la gente sin trabajar, hacerse el sueco ante el libertinaje dominante. Y la revolución bien gracias, hasta los médicos cubanos lo abandonan y se exilian en Miami. Hoy el comandante presidente sabe que en la asamblea los diputados no trabajan, que él tiene que hacerlo todo y no puede descuidarse porque seguro se equivocaran. Resultaron excelentes lustradores de bolas criollas.

Pobre comandante presidente no puede confiar en nadie, cualquiera le da un sablazo, se aprovechan de su nobleza. Puso preso a sus discípulos y ahora no tiene nadie que le oiga sus cuitas, que le celebre sus chistes. Se queda solo en su delirio ante el Chimborazo el comandante presidente, sus sueños se desamoran, los gallineros verticales nunca funcionaron, se convirtió en el presidente de la primera piedra, puros proyectos, sueños inconclusos, camina desesperado a Santiago a buscar al Oráculo, la palabra esperanzadora de Fidel para compartir con él, el fracaso de sus quimeras.

Por el Partido Copei: Carlos Melo y Ángel Cacique

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